Pablo, el mediador de la familia Urdangarin: un papel complicado tras los pasos de la Infanta Elena
No cabe duda de que la figura de Pablo Urdangarin ha sido clave para su familia en este 2022. Con tan solo 22 años recién cumplidos, el joven ha conseguido ganarse el cariño de los medios de comunicación y de los espectadores gracias a su simpatía y su naturalidad, tratando el tema de la ruptura de sus padres y posterior noviazgo de Iñaki con Ainhoa Armentia con total normalidad. Tanto es así, que pese a su corta edad, el hijo de la Infanta Cristina ha sabido apoyar a sus progenitores por igual, tendiéndoles una mano sin llegar a posicionarse entre un bando u otro en una guerra familiar que ha dado mucho de qué hablar desde el pasado mes de enero.
La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin en su boda.
En diversas ocasiones y pese a vivir en La Masía, Barcelona, ha podido verse cómo el jugador de balonmano aprovecha su tiempo libre tanto junto a su padre como junto a su madre, brindando a las dos partes un apoyo que ha sido imprescindible para que puedan continuar con sus respectivos caminos, aunque por separado. Pese a que Juan Valentín, Irene y Miguel Urdangarín habrían optado por permanecer más del lado de su madre, Pablo Nicolás ha sabido mantenerse entre la espada y la pared sin que esto le afecte, abrazando a su padre de la misma manera que a su madre y entendiendo el dolor de ambos en una situación tan difícil como lo es una ruptura mediática después de 24 años de matrimonio. Algo que puede resultar bastante complicado a ojos de la gente de su alrededor, y a lo que sin embargo, el joven ha sabido anteponerse haciendo caso omiso a los rumores para centrarse en el cariño que siente hacia sus padres por igual, independientemente de los posibles errores que hayan cometido en su historia de amor y que ahora son vox pópuli.
A diferencia del resto de sus hermanos, al deportista le une un gran vínculo con su padre que va más allá de lo meramente familiar, razón por la que quizá haya logrado empatizar de una manera más real que sus seres queridos con Iñaki Urdangarin. Para el joven, el de Zumárraga es más que un padre, es todo un referente y así lo demuestra siempre que tiene oportunidad, dedicándole unas bonitas palabras de admiración al considerarle “un ejemplo” que le da “muchos consejos cada día y le ayuda con todo”, siendo todo un privilegio tenerle en su vida y haber forjado una amistad que va más allá de lo que puedan pensar los demás.
La Infanta Cristina con su suegra y su hijo Pablo.
Pablo Urdangarin, comodín y “sucesor” de la Infanta Elena
Lo que llama la atención de la personalidad conciliadora de Pablo, es que mucho tiene que ver con la de la Infanta Elena durante su juventud. Durante muchos años, la primogénita del Rey Juan Carlos ejerció como perfecto comodín dentro de la Familia Real, habiendo llevado consigo su amor por España más allá de los problemas familiares que pudieran existir dentro de los Borbones, demostrando que siempre está disponible cuando la Zarzuela y sus asuntos lo consideran oportuno.
Este detalle fue haciéndose cada vez más público a raíz del estallido del Caso Noós. Ahí fue cuando Doña Elena tendió una mano a su hermana Cristina, pese a que algunos miembros de la Casa Real optaron por dar la espalda a los entonces duques de Palma. La tía de la Princesa Leonor no dudaba en permanecer al lado de su hermana pequeña siempre que era necesario tanto de manera pública como privada, siendo así uno de sus pilares fundamentales incluso en las situaciones más complicadas. Algo que también quedó reflejado con la abdicación de Don Juan Carlos y posterior proclamación de Felipe VI como Rey de España. Unas circunstancias en las que la Infanta no salía del todo favorecida, y sin embargo, supo estar a la altura al adquirir un papel preferente que nada tiene que ver con el que ha llevado a cabo después, adoptando un segundo plano al formar parte de la Familia del Rey.
La Infanta Elena junto a su hermana, la Infanta Cristina, en Ginebra.
Pese a que esta decisión por parte del emérito no fuera del todo favorable hacia su hija mayor, ella ha ejercido como perfecta duquesa de Lugo e Infanta de España, estando al frente de la Corona siempre que se ha requerido, sin olvidar que su padre vive en Abu Dabi y que también necesita su cariño, motivo por el que ha viajado hasta allí en cuanto su agenda se lo ha permitido y en varios momentos.
De esta manera, la hermana del Rey y su sobrino demuestran poseer una serie de similitudes por las que su papel dentro de la familia es de vital importancia, y mientras sus actitudes sean tan mediadoras, así seguirá siendo.